COMIDA ORGÁNICA: QUÉ ES Y BENEFICIOS
La alimentación orgánica ha sido una tendencia creciente en los últimos años. Pero la llegada de la pandemia de Covid-19 ha acentuado todavía más su furor. Durante el confinamiento, la población empezó a mirar más por su salud y su alimentación. La comida orgánica fue una de las soluciones más adoptadas para cuidar el bienestar general del organismo. Mientras hace unos años los alimentos orgánicos solo se encontraban en el mercado o en tiendas especializadas, ahora están presentes en supermercados y restaurantes.
Pero, ¿qué implica realmente la moda de la alimentación orgánica? La comida orgánica es aquella que se cultiva a través de procedimientos ecológicos: libre de sustancias químicas como pesticidas, fungicidas o herbicidas. Así, la alimentación orgánica contribuye a la lucha contra el cambio climático, a la protección del medio ambiente y al desarrollo rural.
Los alimentos orgánicos son más saludables porque no tienen residuos tóxicos provenientes de los químicos, ni alteran el balance bioquímico del organismo. Y ahora más que nunca, la población quiere una alimentación saludable. La comida healthy es otra de las tendencias en auge. Los consumidores quieren “real food”, saber de dónde viene la comida que compran, cómo ha sido cultivada y qué nutrientes les aportará.
Sin embargo, ¿sabemos qué implica la alimentación orgánica y cuáles son los requisitos para que un producto sea etiquetado como orgánico?
¿Qué son los alimentos orgánicos?
La alimentación orgánica tiene el objetivo de liberar nuestro cuerpo de sustancias externas, que con el tiempo puedan generar enfermedades diversas. Los alimentos orgánicos están libres de residuos químicos, no contienen conservantes ni aditivos, tampoco hormonas ni metales pesados y no han sido irradiados.
Así pues, la palabra “orgánico” se refiere a la forma de cultivar y procesar los productos agrícolas, tanto frutas, verduras, granos como productos lácteos y carne. La Unión Europea establece que los agricultores orgánicos utilicen la energía y los recursos naturales de forma responsable, contribuyan a mantener la biodiversidad, el equilibrio ecológico, la calidad del agua y el suelo, promoviendo la salud animal. Los requisitos de la agricultura orgánica europea son los siguientes:
Rotación de cultivos para un uso eficiente de los recursos (para mejorar la calidad del suelo y promover un ciclo de recursos autosostenibles en la granja).
Prohibición del uso de pesticidas químicos y fertilizantes sintéticos (para reducir la contaminación).
Límites muy estrictos en cuanto a antibióticos para el ganado (para permitir su comportamiento natural).
Criar ganado en un ambiente al aire libre y uso de piensos orgánicos (para proporcionar hábitats seguros y saludables para el ganado).
Prohibición de organismos genéticamente modificados (OGM).
Generalmente, se suelen confundir los términos orgánico y natural. Pero cabe recordar que no son intercambiables. La etiqueta de orgánico se refiere a los métodos y las materias primas utilizados para producir los ingredientes del alimento. Natural significa que el producto no contiene colorantes, saborizantes o conservantes artificiales (no se refiere al cultivo sino a la posproducción). La agricultura orgánica no permite los siguientes materiales:
- Fertilizantes sintéticos para añadir nutrientes al suelo.
- Sedimentos de aguas residuales como fertilizante.
- Irradiación para preservar los alimentos o eliminar enfermedades.
- Ingeniería genética para mejorar la resistencia a las enfermedades o las plagas.
¿Cómo identificar los productos orgánicos?
El logotipo ecológico de la UE sobre productos alimenticios garantiza que se respeten las normas previamente mencionadas sobre producción orgánica. Los supermercados y otros minoristas solo pueden etiquetar sus productos con el término “orgánico” si cumplen con las reglas.
Principales beneficios
La alimentación orgánica es más saludable, sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Las frutas, verduras y hortalizas orgánicas ganan en sabor y seguridad, ya que las convencionales llevan muchos elementos químicos. Las manzanas, las uvas o las fresas convencionales son las frutas con más pesticidas, por lo que es recomendable comprarlas orgánicas. Lo mismo pasa con las espinacas, los tomates cherry, los pepinos y las patatas.
Las fresas y los tomates orgánicos tienen un nivel significativamente más alto de vitaminas, un 50% más de vitamina C y de fenol. En general, la alimentación orgánica garantiza un nivel de nutrientes mucho más alto, sin residuos de plaguicidas que los bloqueen.
Otro beneficio es el alto contenido de ácidos grasos omega-3, mayoritariamente presentes en carnes, lácteos y huevos orgánicos. Se debe a los requisitos de alimentación de la ganadería orgánica: el uso principal de pasto y alfafa para el ganado. Los ácidos grasos omega-3 son conocidos por reducir el colesterol y cuidar la presión arterial.
Los granos orgánicos tienen niveles mucho más bajos de cadmio, un metal tóxico, presente en las producciones convencionales de cereales. De la misma forma, las carnes producidas convencionalmente tienen mayor incidencia de bacterias resistentes al tratamiento con antibióticos; mientras que la carne orgánica no sufre ese riesgo.
Aunque la desventaja principal de la alimentación orgánica es el precio de sus productos, debemos entender que las prácticas de agricultura orgánica son más costosas, pero mucho más sostenibles a largo plazo. Los productores orgánicos reportan un promedio de 30% menos emisiones de gases de efecto invernadero que los productores convencionales.